Como sociedad, estamos inmersos en la búsqueda constante de ser más productivos. Mayoritariamente, esto es una buena idea. Queremos trabajar con más inteligencia. Ansiamos la eficiencia. El tiempo es nuestro bien más preciado, y las herramientas de productividad pueden ayudarnos a gastarlo más sabiamente.
En los últimos años, he observado todo tipo de métodos para la productividad. Una sorpresa constante es el papel de los rituales monótonos y lo que podría describirse como “servidumbre análoga” entre los especialmente productivos. Para gente tan hábil, me sorprende la aparente falta de eficiencia en sus rutinas diarias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario